Purificación y filtrado de agua de pozo: consejos y métodos efectivos
Para qué utilizar el agua de un pozo
Índice de contenidos
Un pozo es una perforación o excavación hecha en la tierra con el propósito de extraer agua subterránea. Estas excavaciones se realizan para obtener acceso a reservas de agua que se encuentran en acuíferos, capas de roca o arena porosas que almacenan agua bajo tierra.
La utilización del agua de los pozos ha sido una práctica ancestral e incluso a día de hoy estos se utilizan para:
- Abastecer de agua potable a poblaciones, locales comerciales, pequeñas industrias de la localidad o edificios de uso público.
- Para uso agrario (regadío y ganadería).
- Para cortijos o casas de campo y, dependiendo de la localización geográfica y de la cantidad de agua disponible, para llenar una piscina o regar jardines.
- Para uso industrial.
Tipos de pozos
Como hemos visto, los pozos son una fuente esencial de agua subterránea utilizada en diversas situaciones.
Estos han sido cruciales a lo largo de la historia y siguen siendo relevantes en la actualidad. Sin embargo, no todos son iguales. ¡Te contamos qué tipos de pozos hay!
Pozos excavados
Los pozos excavados son la forma tradicional de obtener agua subterránea al excavar manualmente en el suelo hasta alcanzar el nivel del acuífero. Se crean empleando herramientas como picos y palas y lo ideal es que el suelo sea relativamente blando y la capa freática no esté demasiado profunda
Estos pozos suelen ser poco profundos (10 a 20 metros, como máximo hasta 30 o 40 metros), lo que los hace más susceptibles a la contaminación y al riesgo de secarse rápidamente en comparación con otros tipos de pozos.
Una vez que se alcanza el acuífero, el agua se acumula en el fondo, y luego se extrae para los diversos fines que hemos visto anteriormente. Aunque este tipo de pozo ha sido una solución tradicional para acceder al agua subterránea, en la actualidad, se utilizan diferentes técnicas de perforación para crear pozos más eficientes y rápidos. Sin embargo, los pozos excavados aún se realizan en muchas regiones donde la tecnología de perforación no está disponible o no es económicamente viable.
Pozos hincados
Los pozos hincados son otra técnica utilizada para acceder al agua subterránea. En lugar de excavar manualmente el suelo, se utiliza maquinaria especializada para hincar un tubo o una tubería en el suelo hasta alcanzar el acuífero. Este proceso se realiza mediante un martillo hidráulico o una máquina de impacto que va introduciendo el tubo en el suelo.
Los pozos hincados son una opción más rápida en comparación con los pozos excavados, ya que requieren menos tiempo y esfuerzo para su construcción. Además, se pueden utilizar en suelos donde la excavación manual sería más complicada.
Este tipo de pozo es comúnmente utilizado para suministrar agua potable y cuenta con unas profundidades medias de entre 15 y 100 m. En cuanto a los pozos hincados, hay 3 formas de realizar la perforación:
- Perforación por batido, se clava un tubo con una punta que suelta regularmente una herramienta pesada por el extremo.
- Perforación por inyección de agua, se inyecta agua a presión por el interior del tubo y la erosión facilita la excavación del suelo y la evacuación de escombros.
- Perforación por rozado, el suelo se excava utilizando el propio tubo en posición vertical que se hunde debido a su propio peso.
Pozos aforados o perforaciones
Excavaciones realizadas en el suelo con el objetivo de alcanzar y acceder al agua de un acuífero. Estos pozos se crean mediante el uso de maquinaria especializada de perforación, como taladros rotativos o martillos hidráulicos, que permiten excavar a profundidades mayores y en terrenos más duros.
Una vez que se ha perforado el pozo, se lleva a cabo un proceso conocido como «aforo«, que consiste en medir la cantidad de agua que fluye en el pozo por unidad de tiempo. Esto es fundamental para determinar la capacidad y la productividad del pozo, así como para asegurarse de que proporciona suficiente agua para satisfacer las necesidades de consumo, riego o cualquier otro uso previsto.
Los pozos aforados son una buena opción para obtener agua subterránea de manera más rápida y precisa. La construcción y el aforo adecuado de los pozos aseguran la disponibilidad y el aprovechamiento sostenible de este valioso recurso hídrico.
Problemas más habituales del agua de un pozo
El agua de los pozos constituye una fuente vital de recursos subterráneos que puede enfrentar una serie de desafíos que afectan su calidad y potabilidad.
Conocer y entender estos problemas es crucial para garantizar un suministro de agua seguro, así como para implementar medidas de prevención y tratamiento adecuadas. Algunos de los problemas más habituales que pueden afectar al agua de un pozo son:
- Contaminación bacteriana.
- Contaminación química, como pesticidas, herbicidas o productos industriales.
- Contenido mineral elevado, como hierro, manganeso o calcio. Pueden generar problemas de sabor, olor y color en el agua, así como provocar la formación de depósitos en tuberías y equipos.
- Bajo nivel de agua en el caso de que el pozo presente escasez de agua, lo que afecta el suministro.
- Sedimentos y partículas en suspensión que pueden causar turbidez y afectar su calidad. Aquí es muy importante contar con un buen sistema de filtración, como los hidrociclones y sus accesorios de Lama.
- Aguas con alto contenido de sales, que puede no ser apta para el riego de cultivos y puede causar daños a la vegetación.
Para mantener el agua de un pozo en condiciones óptimas, es importante realizar análisis y pruebas periódicas para detectar posibles problemas y tomar las medidas necesarias.
Formas en que el agua de pozo se contamina con bacterias
El agua de pozo puede contaminarse con bacterias de diversas formas. Algunas de las más comunes son:
- Infiltración de aguas superficiales: Si el pozo no está correctamente sellado o protegido, las aguas superficiales que contienen bacterias pueden filtrarse y contaminar el agua subterránea.
- Fugas en las tuberías: Si las tuberías que rodean el pozo tienen fugas o están dañadas, pueden permitir que bacterias presentes en el suelo o aguas superficiales entren en el agua del pozo.
- Contaminación de equipos de perforación: Durante la construcción del pozo, los equipos de perforación pueden contaminarse con bacterias, que luego se introducen en el agua cuando el pozo entra en uso.
- Aguas subterráneas contaminadas: En algunos casos, las fuentes de agua subterránea pueden estar naturalmente contaminadas con bacterias debido a la presencia de fuentes de contaminación cercanas.
- Mantenimiento inadecuado: Si el pozo no recibe un mantenimiento adecuado y regular, puede acumular sedimentos y bacterias que afecten la calidad del agua.
Para prevenir la contaminación bacteriana del agua de pozo, es esencial realizar una correcta construcción del pozo, incluyendo un sistema adecuado de sellado y protección. Asimismo, es importante llevar a cabo pruebas y análisis regulares del agua para detectar cualquier signo de contaminación bacteriana y tomar las medidas necesarias para eliminarla y asegurar la potabilidad o simplemente usabilidad del agua.
Cómo saber si el agua de un pozo es potable
Solo con sacar una muestra y comprobar si el agua es incolora, insípida e inodora podemos hacernos una idea. Aun así, esto no es suficiente. Aunque el agua subterránea suele ser pura gracias a los diferentes procesos naturales de filtrado, es común que requiera algún tratamiento para hacerla potable.
Para asegurarte de que el agua de tu pozo es segura y apta para el consumo humano, debes tener claro que es fundamental realizar un análisis químico y bacteriológico completo en un laboratorio especializado. Esta prueba determinará si el agua es adecuada para el consumo.
El laboratorio te proporcionará toda la información que necesites saber sobre la calidad del agua de tu pozo, y en función de los resultados, podrás tomar las medidas necesarias.
No te preocupes, ¡las soluciones suelen ser sencillas y en Lama podemos ayudarte!
Cómo filtrar el agua de un pozo
En Lama sabemos que con frecuencia se utiliza el agua de los pozos para obtener agua potable, especialmente, para casas de campo que se utilizan como segundas residencias. Pero antes de llegar a ese punto es crucial mantener adecuadamente el pozo para asegurar que el agua sea apta.
¡Desde Lama te contamos todo lo que necesitas saber!
La manera más efectiva es utilizar filtros de arena para agua de pozo. Estos filtros ayudan a eliminar impurezas y asegurar que el agua del pozo sea apta para su uso. Además, la mayoría de estos sistemas son simples de instalar y mantener.
Es importante elegir los filtros y sistemas de filtración adecuados según las necesidades del agua de tu pozo. Puedes realizar el análisis del agua antes de decidir qué tipo de filtración necesitas, ya que esto te ayudará a determinar qué impurezas están presentes y cuál es el sistema más adecuado para mejorar la calidad del agua. En Lamastore, además de contar con filtros de arena, contamos con filtros de mallas y filtros de anillas.
Cómo purificar el agua de un pozo
El agua de pozo puede ser una importante fuente de agua potable en áreas rurales y suburbanas, pero es crucial tener en cuenta que no siempre es segura para el consumo humano. Puede estar contaminada con bacterias, virus, metales pesados y otros contaminantes.
Afortunadamente, existen varias formas de purificar el agua. Estas incluyen la cloración, para eliminar los organismos dañinos; la desinfección con luz ultravioleta, para eliminar patógenos, la filtración, como hemos mencionado anteriormente; y la ósmosis inversa, para eliminar metales pesados y otros contaminantes químicos.
Como has podido comprobar, es crucial purificar el agua de pozo antes de consumirla para prevenir enfermedades y problemas de salud. Si quieres saber más acerca de la potabilización de agua, pásate por nuestro blog sobre potabilidad y agricultura y lee la entrada sobre la potabilización de agua.
¡No dudes en contactar con nosotros si necesitas algún sistema de filtrado, algo relacionado con ellos o si tienes alguna consulta!